Mata a su hijo y después se suicida

 El 16 de julio salió a la luz la trágica noticia ocurrida en Bilbao sobre una señora de 79 años que mató de un golpe a su hijo de 60 y después se suicidó con una ingesta de pastillas.

Todo parecía planeado pues, algo así, no se decide de repente. No creo que fuese locura, pienso que, más bien, se trataba de impotencia. Se dice que la mujer estaba enferma y su hijo minusválido. Ver la muerte de cerca nos hace plantearnos la vida de otra manera o vivir la vida sin apoyo nos lleva a querer acelerar la muerte. Es posible, no lo sé, que esté siendo juzgada por muchos, quién sabe. Quizá, el sábado, al enterarnos de la noticia nosotros mismos la juzgáramos.

¿Qué puede llevar a una madre a ejecutar tal acción después de atender a un hijo durante 60 años? ¿Falta de amor? No. Fueron muchos años de cuidados. La diferencia de edad entre ambos era de 19 años, a esa edad lo tuvo, era casi una niña y luchó por él. Lo que a mí se me viene a la mente, más que pensar en lo que ha hecho, es analizar dónde puede estar la raíz de esta decisión brutal. ¿Qué ayuda social ha estado recibiendo? ¿Cuánta soledad y aislamiento ha sufrido? Las soluciones efectivas para madres, familias que cuidan a sus enfermos son muy escasas, prácticamente nulas y cada vez estas migajas van a menos.

La imagino tomando las pastillas que la llevaron a la muerte, una tras otra, repasando sus días, hastiada y sin esperanza. Quién sabe si lo que hizo fue convencida de que era un gesto de misericordia hacia su hijo porque sabía que el día que ella muriera nadie se ocuparía de él. Pobre madre, cuántas veces habrá mirado suplicante al cielo esperando recibir compasión de los de la tierra. Cuántas veces se habrá sentido apartada, y habrá recibido denegadas las ayudas solicitadas. No me atrevo a juzgarla, más bien reflexiono sobre los penosos motivos que la llevaron a hacer lo que hizo.

Más sobre la noticia: El Mundo, El País, 20 Minutos.