La política no es fútbol

Entiendo que Dios nos llama a implicarnos en nuestra sociedad, en nuestra nación.

24 DE JUNIO DE 2016 · 09:39

Messi y Ronaldo, las estrellas de la Liga.,messi ronaldo
Messi y Ronaldo, las estrellas de la Liga.

“Ni populares ni populistas”, “nosotros somos clase obrera”, “un buen español del Madrid y de derechas”.

Grandes frases.

Mejores reflexiones.

La mayoría de nosotros de una forma directa nos sentimos más posicionados a un lado o a otro del tablero. A esta derecha o izquierda mil veces nombrada. Tan usadas que lo mismo se nos ha olvidado hasta qué queremos decir con ello. Pero salvando esto último, esta seducción que sentimos de un lado no creo que esté mal directamente aunque sea una concepción o separación del siglo XVIII, después de la Revolución Francesa, donde concebíamos a los progresistas a un lado (izquierda) y conservadores a otro del parlamento (derecha).

Como decía, no creo que sea malo en sí mismo pero sí, cuanto menos, peligrosa si al sentirnos atraídos a un lado u otro realizamos nuestro acercamiento a la política de una forma clasista o “futbolística” reduciendo todo el debate a blancos o negros o, mejor dicho, a rojos y azules.

Vivimos en una España en la que parece que tenemos que ser de unos o de otros, de un equipo o de otro, de los buenos según los de ese bando o de los malos. Debes ser del Madrid o del Barcelona, elige ya si no lo has hecho. Y en este caso creo que estoy de acuerdo futbolísticamente hablando. Pero creo que podemos precipitarnos al error si visualizamos la política como si fuera fútbol porque la política no es fútbol.

Muchos pensarán -eso estaba claro antes de empezar a leer- la política no es fútbol, pero vamos a darnos el gustazo de dudarlo. No se si os sonarán expresiones como “llevo veinte años votándolos”, “yo soy clase obrera no puedo votar a la derecha”, “estos se dedican a gastar lo que otros ahorran”, “yo soy una persona de principios claros y fiel” a lo que alguno lo acompañará de un “y del Señor de toda la vida” y ahí ya lo coronamos.

Quizás no estáis de acuerdo conmigo pero sonar, suenan a clasismos. Suenan a seguidores de un equipo de fútbol. Y dejando a un lado a los militantes de partidos políticos los demás ciudadanos, nosotros, entiendo que no debemos permanecer fieles a un partido sino a unos ideales, una moral y una comprensión más amplia del evangelio cada día.

¿Y qué quieres decir con todo esto? Te puedes estar preguntando ahora mismo. Pues que no tienes porque ser del Madrid y del PP toda la vida (clasismo al canto) ni del Rayo y de Izquierda Unida hasta que pases al otro barrio. Dios te llama a servirle a él y a cumplir su palabra. ¡Hagámoslo!

Dijo Heráclito: “lo único inmutable es el cambio”.

Y la política muta, cambia y no poco. Los partidos lo hacen, nosotros lo hacemos y muchas veces nuestra concepción de la política o de conceptos que le atañen también.

Nos encontramos con un momento político muy interesante con muchas opciones y propuestas, con muchas posibles direcciones y con un mapa Europeo y Mundial un tanto difuso.

Los griegos usaban la palabra “idiocia” para referirse a la persona que no participaba en la vida pública, a la persona que no participaba en política. De esta palabra deriva hoy nuestro vocablo idiota.

Y me gustaría invitarte a ti de una forma especial a no caer en la “idiocia”. A no caer en concebir la vida de una forma meramente privada y egocéntrica.

Pero por encima de los griegos, los romanos y los partidos políticos entiendo que Dios nos llama a implicarnos en nuestra sociedad, en nuestra España. A poner atención al devenir de la historia, a la situación de los que están más allá del mar, a salir del yo y a vivir de verdad en la comprensión del amor que nos incomoda y enloquece. O debería.

.No es cuestión de nombres y colores sino de programa y propuesta. Piensa, ama y vota.

 

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