¿Quién eres?

Sabemos quiénes somos cuando nos vemos a nosotros mismos como Dios nos ve.

05 DE FEBRERO DE 2016 · 17:57

,

“Los partidos se ganan en el campo, no con el nombre”. Esas fueron las palabras pronunciadas por Iarley, el delantero del Portoalegre (Brasil) después de ganarle el mundial de clubes al equipo favorito, el Barcelona, en 2006. Lo curioso del caso es que Iarley había jugado en España, en el fútbol regional, pero muchos entrenadores de Segunda y Segunda B le despreciaron. Pasó de jugar en campos de tierra a ser campeón del mundo.

A nadie le gusta que le desprecien. Tanto es así que la autoestima y el reconocimiento son algunos de los temas más tratados hoy en día. Algunos incluso dicen que es muy difícil vivir si no tienes una buena imagen de ti mismo. ¿Sabes en qué se basa la autoestima de mucha gente?

1. Percepción. ¿Cómo me veo? Las estadísticas nos dice que una de cada tres personas se siente fea.

2. Rendimiento. ¿Cómo lo hago? Lo importante es ser apreciado en mi trabajo.

3. Posición. ¿Cuán importante soy? ¿Hay gente que me admira?

4. Posesión. ¿Cuánto tengo? Si no tengo más que los que me rodean, mal asunto.

5. Poder. ¿Qué puedo hacer? ¿Qué decisiones puedo tomar?

Déjame que te diga que estas cinco características pueden perderse, no son fiables; con ellas se va nuestra autoestima. No me interpretes mal. No son cosas malas, pero lo que somos no puede basarse solo en relaciones o cosas perecederas. Tarde o temprano caeremos con ellas.

Solo hay una manera de vivir seguro y feliz con uno mismo: reconocer que nuestro valor nos lo da Aquel que jamás cambia, el mismo que nos creó. Sabemos quiénes somos cuando nos vemos a nosotros mismos como Dios nos ve: “Porque en virtud de la gracia que me ha sido dada, digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno” (Romanos 12:3).

Así que no se trata de nosotros, sino de él. Imagínate que entras en un lugar dónde hay mucha gente y lo haces acompañado de alguien que admiras mucho. Quizás el mejor deportista del mundo, o un presidente de gobierno, o un cantante… Y delante de todos esa persona tan importante dice: “Este es mi amigo, tenéis que conocerlo. ¡Es un persona genial!”. ¿Quién tendría problemas de autoestima en ese momento?

Eso es lo que Dios hace con nosotros.

1. Percepción. Nos da toda la dignidad, porque dio a su propio Hijo por nosotros. Nos ama de una manera incondicional. Somos hechos a su imagen.

2. Posición. Cuando le recibimos en nuestra vida, pasamos a formar parte de su familia, ¡la familia de Dios!

3. Posesión. Nos perdona y renueva nuestra vida. El pasado ya no existe.

4. Rendimiento. Nos regala talentos por medio de su Espíritu, por que nos ama. ¡Trabajamos para su gloria!

5. Poder. Llena de propósito nuestra vida. Aprendemos a hacer lo que hacemos de una manera correcta porque sabemos que todo tiene trascendencia eterna. ¡Vivimos agradecidos porque no merecíamos nada y lo tenemos todo!

Y sobre todo, sabemos que somos amados… y aprendemos a amar.  

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Con otro ritmo - ¿Quién eres?