Hermosear las sombras

La sombra tiene su encanto, sus caprichos. Va delante o detrás, a un lado u otro. Si la persona es pequeña, su sombra la engrandece, la estiliza. Si es grande la empequeñece a ratos.

12 DE SEPTIEMBRE DE 2013 · 22:00

,
La sombra que proyecta nuestro cuerpo desvirtúa la realidad, la agranda, la ladea hacia donde le conviene según sea la hora del día. Sólo hay que esperar el momento oportuno de la posición del sol para justificar la irrealidad que proyectamos hasta el punto de eliminar lo verdadero. La sombra tiene su encanto, sus caprichos. Va delante o detrás, a un lado u otro. Si la persona es pequeña, su sombra la engrandece, la estiliza. Si es grande la empequeñece a ratos. ¡Cuántas veces exageramos la realidad de los hechos! Mostramos sombras en vez de luz, fantasía en vez de realidad. Nos gusta realzar o rebajar los hechos, los abultamos o adelgazamos convencidos de que no mentimos. "Es mi manera de ver las cosas", "es mi verdad", solemos comentar e incluso nos persuadimos de que nuestras variaciones de la realidad tienen como base el amor. Posicionamos la sombra ante la luz ignorando que la luz se hará presente en cualquier momento, pues la realidad aparece por sí sola y se declara. Mostrar sombras enturbia la visión y la misión. Tengo una pregunta en mente y también tengo la respuesta: ¿exageramos el servicio que prestamos y los resultados obtenidos para dar a Dios la gloria que se merece o la que pensamos que merecemos nosotros? ¿Sirve esa mentira ante los ojos del Señor? ¿Y ante los ojos de las personas a quienes se les muestra lo irreal? ¿Hacemos uso con frecuencia de las fantasías? ¿A quién engañamos? A nadie, simplemente engordamos nuestro ego, porque no podemos hacer nada en contra de la verdad, sino solamente a favor de la verdad1. Pero los que viven conforme a la verdad, se acercan a la luz para que se vea que sus acciones están de acuerdo con la voluntad de Dios2. 1-2 Cor 13,8. 2-Jn 3,21

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Hermosear las sombras