Stuart Park: escritor y editor

Como evangélico agradezco a Dios ante el tsunami de literatura traducida del inglés sin contribuir a un claro testimonio contextual en la España de hoy, por quienes escriben fielmente con gracia y elegancia.

22 DE ABRIL DE 2015 · 09:00

,pluma, carpeta

Si de difusión de la Biblia se trata, mi amigo y hermano Stuart Park es un campeón, como ya lo han venido diciendo quienes comentan el premio Jorge Borrow que se le otorgará este sábado 25 de abril en Salamanca.

Sin embargo, yo quisiera ahora referirme también a la tarea que Stuart ha venido desempeñando como editor. Stuart es el Director de Alétheia, la revista evangélica de teología, de la Comisión de Teología de la Alianza Evangélica, publicación semestral que ha llegado a su número 46.

En el campo evangélico hay que agradecer a Dios por los buenos escritores. Ante el tsunami de literatura traducida del inglés que con frecuencia inunda las librerías y no contribuye a un claro testimonio contextual en la España de hoy, hay que agradecer por aquellos que entre nosotros siguen escribiendo fielmente con precisión, gracia y elegancia.

Precisamente en el número 45 de Aletheia se rindió homenaje a José Grau, uno de esos escritores pacientes y productivos de la generación que vivió en España la transición, y trató de pensar y explicar su fe en lengua castiza. Grau fue también escritor y editor y recomiendo a los lectores interesados en tomarle el pulso al protestantismo evangélico español, leer la serie de artículos que Stuart Park y su equipo reunieron en este número homenaje de la mencionada revista.

A su vocación de escritor el editor tiene que añadir el arte de conseguir que otros escriban, y a veces perseguir a los autores y autoras para que cumplan sus promesas y completen la tarea asignada.

En mi caso recuerdo con gratitud que fueron editores pacientes pero insistentes como Arnoldo Canclini y Alejandro Clifford en la Argentina, quienes me desafiaron a escribir y luego me persiguieron hasta que me sometí a la disciplina de completar los artículos o libros prometidos. Con el paso del tiempo yo mismo llegué a ser editor de revistas como Certeza y Pensamiento Cristiano, fundadas ambas por Clifford.

El editor ha de tener también olfato periodístico para diagnosticar la circunstancia vital en la que se encuentran sus lectores y de acuerdo a ella publicar material que sea pertinente. Ello requiere una cierta capacidad pedagógica para conducir a sus lectores a un avance en sus vidas. En el caso del editor cristiano, además, ha de tener una idea de la riqueza de la verdad cristiana para encontrar en ella vetas y ángulos que resulten material adecuado a su momento y su necesidad. Poco a poco irá conociendo a quienes escriben lo que él edita, de manera que podrá solicitar materiales sobre determinados temas a las personas mejor calificadas para ocuparse de ellos.

El número 46 de Alétheia, dedicado al tema de la educación teológica en el protestantismo español actual ha sido un acierto de Stuart Park. He colaborado con entusiasmo en este número porque me parece que las quince entrevistas de Jacqueline Alencart a educadores teológicos, en las cuales están basados algunos de los artículos, dan una buena idea de los desafíos actuales que confrontan los protestantes en la España de hoy. Los entrevistados, de muy diversas instituciones, coinciden en que en la España evangélica de hoy se nota cierto retroceso en el uso y conocimiento de la Biblia, Palabra de Dios. Para algunos de ellos este desconocimiento bíblico  es peligroso y requiere medidas urgentes que remedien el problema.

Y aquí regreso al ministerio de Stuart Park como escritor. El genio de sus libros más recientes es la capacidad de hacer que disfrutemos de la Biblia. Ha aplicado su talento literario y su conocimiento riguroso de las Escrituras a un género de exposición bíblica que da gusto leer.

Cuando lo lees te das cuenta que la Biblia le gusta, le encanta, le seduce, le conmueve. Mientras estaba escribiendo esta nota, precisamente, recibí una llamada telefónica desde Lima, Perú. Era de la profesora Ruth Escobar de Padilla, mi hermana en la carne y en la fe, que es una dirigente reconocida en el ámbito bautista del Perú   “¡Qué hermoso libro este Cordón de Grana de Stuart Park! - me dijo entusiasmada – me ha encantado leerlo”. Y yo he tenido la misma experiencia leyendo Jardín cerrado o La Palabra suficiente. Por eso doy gracias a Dios hoy por la obra de mi amigo y hermano Stuart Park: escritor y editor.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Mi universo - Stuart Park: escritor y editor