¿Somos o simplemente estamos?

Somos cuando nos damos cuenta de la triste realidad del no-evangelio que vivimos,

27 DE NOVIEMBRE DE 2011 · 23:00

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Me pregunto, con cierto miedo a indagar en la respuesta, cuántas personas de las que acudimos a las iglesias, de las que estamos en los cultos los domingos, vivimos como verdaderos fieles. ¿Somos o simplemente estamos? Estamos las personas que un día oímos hablar de la persona de Jesús, nos gustó su mensaje por lo bonito, por lo que egoístamente podía aportarnos y ahora vivimos en la pasividad más absoluta. Somos los que después de oír la hermosura del contenido, decidimos comprometernos con la persona de Jesús para siempre, aceptándolo como verdadero guía de nuestra vida. Estamos las personas que, bajo absurdas mentiras, desaparecemos del mapa del conflicto cuando más se necesita nuestra presencia. Personas que no estamos cuando hemos de estar. Somos los que nos enfrentamos a los problemas confiando en que Jesús es nuestro amparo, nuestra fortaleza y nos ponemos manos a la obra ya sea con temor (temer no es malo siempre que no nos paralice) o con valentía. Estamos las personas cuyos compromisos son inexistentes y por lo tanto sus frutos se desconocen. Somos cuando nos damos cuenta de la triste realidad del no-evangelio que vivimos, cuando observamos nuestro mutismo, nuestra falta de deseo de arrimar el hombro y la buena palabra... echamos mano de la misericordia de Dios para que nos abra los ojos, ponga en nosotros deseos de caminar y vivamos dignamente el mensaje. Estamos los que creemos tener la verdad absoluta sobre el evangelio y vivimos según nuestros propios criterios. No conocemos y nos creemos entendidos. No sabemos y nos tenemos por sabios. Sostenemos nuestras propias normas de conveniencia... ¿Somos o simplemente estamos? Somos los que de verdad echamos mano una y otra vez de la misericordia divina para parecernos más al Señor. Los que sinceramente nos arrodillamos y suplicamos que nos muestre su rostro para aprender a reflejarnos en él. Estamos los que un día tomamos la decisión de bautizarnos, seguir al Señor y todo quedó en un intento fallido, nada más, pues nos conformamos con nuestro estado inmóvil. Somos los que al mirarnos, mujeres y hombres, nos contemplamos en el mismo estatus. Estamos los que anulamos los dones que Dios nos da o no admitimos los que reciben los otros. Somos al entregarnos para ser imagen de Dios. Estamos los que llenando los oídos de la Palabra mantenemos vacío el corazón. ¿Somos o simplemente estamos? Hay personas en las comunidades que quizás no se encuentren entre los redimidos y toman el pan y beben el vino y cantan canciones y aprenden nuestros característicos saludos y despedidas y hacen súplicas y repiten oraciones. Personas que no faltan al culto como antaño no faltaban a misa por miedo a las supersticiones. El evangelio es un camino de vida colmado de dificultades hermosas, de decisiones que conllevan victorias, de caídas con levantamientos gloriosos. Los que se quedan parados en los bordes, ya sea por vanagloria, cobardía, desidia, hipocresía, conformismo, sea lo que sea, no son dignos de Cristo.
Foto: copyright (c) 123RF Stock Photos

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - ¿Somos o simplemente estamos?