Teresa Romero y el ébola en Madrid

La auxiliar de enfermería del Hospital Carlos III Teresa Romero, en estado grave, es un paradigma de lo que supone esta enfermedad en España.

10 DE OCTUBRE DE 2014 · 19:15

Teresa Romero / facebook,Teresa Romero
Teresa Romero / facebook

El primer contagio de una paciente por ébola en Europa, Teresa Romero (auxiliar de enfermería del Hospital Carlos III de Madrid, en estado grave) es un paradigma de lo que supone esta enfermedad en nuestro país.

En primer lugar, se ha culpabilizado a la propia Teresa Romero de su contagio. Sin duda algún fallo se ha cometido, pero puedo asegurar viendo lo complejo del mecanismo del traje de seguridad que salvo una preparación exhaustiva y con las medidas de ayuda necesarias es perfectamente factible que este error se produzca. Sin entrar en si el traje es el más adecuado o no, algo de lo que no puedo opinar.

En mi experiencia cuando he participado en intervenciones quirúrgicas, puedo asegurar que para algo tan simple como ponerse unos guantes estériles y el lavado previo, así como la bata (también estéril) son necesarias muchas repeticiones para hacerlo mecánicamente sin equivocaciones. Hay muchos automatismos a evitar y a incorporar que sólo son rutina cuando se ejercitan. Cuánto más en un auténtico traje de astronauta que se pone y quita en un espacio reducidísimo. Es cruel culpar a Teresa Romero, cuando ha trabajado en condiciones contrarias totalmente a lo idóneo y sin la preparación adecuada.

En segundo lugar, me parece falsa la afirmación de que “es muy bajo el riesgo de contagio” como ha dicho hoy Rajoy. Si alguien aislado, rodeado con todo tipo de cuidados, puede contagiar la infección a una de las personas que la atiende por un pequeño fallo en el sistema de protección, ¿qué ocurrirá con quienes se relacionan -sin saberlo- con pacientes infectados sin protección alguna?

Y –más paradoja aún- como es muy bajo el riesgo de contagio, matan a su perro, y precintan con pladur y descontaminan su domicilio a pesar de estar vacío. La ciudadanía no vive en la inopia, y aunque es cierto que no se debe crear alarma innecesaria, es igualmente negativo querer transmitir una falsa tranquilidad contraria a la evidencia.

Dicho esto, realmente fuera del contacto personal, a día de hoy, si no existen más casos de infección por ébola en Madrid, nadie debe estar preocupado ni creerse en riesgo… salvo que aparezcan nuevos casos. Si esta última posibilidad se produjera, con nuevas cadenas de contactos a aislar y estudiar, y nuevas posibles ramificaciones, en ese caso sí estaríamos entrando en un panorama que –aunque no trágico- si contendría ya elementos de seria inquietud sanitaria y social.

Finalmente, muchas personas culpabilizan de lo ocurrido a haber traido a los dos misioneros enfermos. Yo creo que una sociedad que abandona a sus ciudadanos construye un mundo oscuro. Y si esos ciudadanos son personas altruistas que están arriesgando sus vidas a favor de otros seres humanos, me parece más oscuro todavía. De hecho, estos dos misioneros católicos y médicos estaban haciendo en condiciones de "Tercer Mundo" lo que muchos ahora se niegan a realizar en el "Primer Mundo" con Teresa Romero, por miedo al contagio.

La propia Teresa ha sido una mujer que se ofreció voluntaria para atender a ambos enfermos (Miguel Pajares y García Viejo) asumiendo el riesgo del contagio. Ella es un ejemplo de entrega, y quien realmente está pagando los errores de los demás, y no a la inversa.

Cuando se culpabiliza a las buenas personas de lo malo que está ocurriendo, es que el virus de la maldad ha infectado el corazón de la propia sociedad.

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Mirad@zul - Teresa Romero y el ébola en Madrid