Amazonas, basuras y Vaticano

Tirar una bolsa de basura a la calle es pecado venial. Destruir el Amazonas, pecado grave. Lo asegura el presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, el cardenal Renato Raffaele Martino, en definitiva, la persona que conoce el interior del corazón humano, y por lo tanto, tiene capacidad para clasificar los pecados.

14 DE JUNIO DE 2007 · 22:00

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Con esta declaración hemos de suponer que estos dos delitos hasta ayer no eran importantes, pero a partir de hoy aténgase a las consecuencias. ¡Hay que ver cómo cambian las cosas de un día para otro! Las bolsas de basura son como los pecados que cometemos en privado. Nadie ve lo que va dentro a no ser que reviente por saturación. Mientras tanto, serán considerados veniales. Me pregunto si la levedad del pecado cambiaría según el lugar donde se tire la bolsa. Si se coloca, por ejemplo, junto al contenedor, sin terminar la acción de depositarla dentro, o si se tira desde un tercer piso. Además, no todas las bolsas de basura son iguales. Por ejemplo, las hay perfumadas, y sin perfumar. Pequeñas para el cuarto de baño y grandotas para los residuos del jardín. ¿Y si la bolsa perteneciera a alguna secta?, porque... nunca se sabe por dónde pueden salir los tiros de un material tan maleable. Confío en que el color de la piel del plástico, y el sexo (hay bolsas y bolsones) no sean significativos. Tengo otra duda: Las presuntas bolsas de basura llenas de dinero robado que en vez de tirarse se guardan bajo la cama, ¿se consideran pecado venial, o mortal? Creo que hay que explicar bien para que los ignorantes como yo, sepamos clasificar bien y no nos llevemos sorpresas a la hora de dar cuentas. Destruir el Amazonas es otro cantar, el daño está a la vista. Todos somos testigos y perjudicados. Tengo curiosidad por saber si los pecados veniales deben confesarse al sacerdote para obtener el perdón, o si una misma se los perdona. Y si los mortales, o sea, que si me voy a fastidiar el Amazonas, habría que confesarlo in situ dando la cara y rectificando, o debería hacerlo en el confesionario habitual detrás de la cortinilla. Me lo cuestiono porque esto último es más fácil, y una suele tirar a lo liviano. ¿Cuál sería la penitencia para quien contamina el Amazonas? ¿y cuál para quien tira un papel a la calle? Que me lo especifiquen porque a veces las cosas no están tan claras, y a lo peor nos trae más cuenta perjudicar el Amazonas. Del arrepentimiento mejor no hablamos. Si El presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, cardenal Renato Raffaele Martino no lo hace, ¿quién soy yo para sacar un tema tan escabroso a la luz? El acto de contrición va a ser como el interior de las bolsas de basura, ni se ve, ni importa. Que sí, que sí. De verdad, no juro, pero puedo prometer y prometo solemnemente continuar con mi actitud de no tirar nada al suelo, ya sean bolsas, papeles, listas de la compra, ni siquiera un chicle. Por prometer, prometo no tirar la casa por la ventana cuando lleguen las rebajas. Ni contaminar el Amazonas. Pero hagamos recuento: -Si usted contamina el planeta tirando basura al suelo, recuerde que debe marcar el delito en la casilla de pecados veniales. Pecata minuta. No está obligado a declarar aunque complete el formulario. -Si usted contamina el Amazonas, marque una cruz bien grande en la casilla de los pecados mortales. Está obligadísimo a declarar y, esté o no arrepentido, tenga o no propósito de enmienda, deberá cumplir la penitencia. -La prohibición del uso del preservativo para impedir la contaminación del virus VIH, ¿dónde habría que marcarla? ¡Ay, perdón!, que eso no entra en lo que ha declarado el presidente del Pontificio Consejo de Justicia y Paz, el cardenal Renato Raffaele Martino. -La prohibición anti-natura de contraer matrimonio a los que están consagrados al servicio de Dios y de la iglesia católica, tampoco está aclarado, no hay casilla que marcar. No contamina. Pase a la siguiente. -Para los “presuntos” tesoros que acumula el Vaticano, primero habría que averiguar si contaminan, y luego calcular la cuantía. Si cupieran en múltiples bolsas de basura, entonces, sin duda habría que marcar la casilla de los veniales. -La idolatría, la superstición, la herejía, aunque infecten, no tienen espacio en el formulario. Continúe. -El silencio, menos. La ley del silencio tiene contagio, pero ya se sabe, en boca cerrada.... -Los abusos sexuales a menores procedentes de sacerdotes, nada de nada. Se les traslada de lugar y no se entera ni Dios, ¿para qué una casilla? -La suntuosidad y la prepotencia del clero... enfermedad demasiado arraigada como para considerarse tóxica. -La omisión de la verdad no está registrada como veneno, así que... COMANDA: ¡¡¡Una de pecado sin penitencia para el Vaticano!!! RESPUESTA COCINA: ¡¡¡Marchando!!!

Publicado en: PROTESTANTE DIGITAL - Tus ojos abiertos - Amazonas, basuras y Vaticano