Sr. D. José Luís Rodríguez Zapatero
Presidente del Gobierno de España

Excelentísimo señor: en su muy leída obra POLÍTICA DE DIOS, GOBIERNO DE CRISTO Y TIRANÍA DE SATANÁS, Francisco de Quevedo sostiene que el gobernante debe prestar la máxima atención a la opinión pública, ya que el ambiente general de la misma es un excelente indicio para darse cuenta de la gestión del gobierno."/>

Estado laico: carta a Zapatero

Sr. D. José Luís Rodríguez Zapatero
Presidente del Gobierno de España


Excelentísimo señor: en su muy leída obra POLÍTICA DE DIOS, GOBIERNO DE CRISTO Y TIRANÍA DE SATANÁS, Francisco de Quevedo sostiene que el gobernante debe prestar la máxima atención a la opinión pública, ya que el ambiente general de la misma es un excelente indicio para darse cuenta de la gestión del gobierno.

11 DE SEPTIEMBRE DE 2008 · 22:00

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Como parte que soy de esa opinión pública le escribo para expresar lo que pienso sobre un tema que en estos días acapara la atención de importantes sectores en nuestra sociedad. ¿Quiere el Gobierno que usted preside, en realidad y verdad, un Estado laico? En la cúpula política de la actual Administración, ¿se están dando pasos efectivos en esa dirección?. En la intención parece que sí; otra cosa es la acción. PSOE Y LAICIDAD El programa electoral del Partido Socialista Obrero Español (PSOE), del que usted es secretario general, propone la reforma de la Ley de Libertad Religiosa de 1980 como objetivo para lograr “una mayor garantía de aconfesionalidad y laicidad del Estado”. Aplausos. La Vicepresidenta del Ejecutivo, María Teresa Fernández de la Vega, anunció el pasado 7 de mayo, en el arranque de la legislatura, que la intención del Gobierno es “avanzar en la condición de laicidad que la Constitución otorga al Estado”. Más aplausos. Aplausos sólo a la declaración de intenciones. Entre el 4 y el 6 del pasado mes de julio tuvo lugar en Madrid el 37 Congreso del Partido Socialista Obrero Español. Aquí se esperaban avances en el tema de la laicidad. Pero nada de nada. Ha quedado en el alero la reforma de la Ley de Libertad Religiosa de 1980. Siguen en vigor los Acuerdos de 1979 con la Iglesia católica. Continúa la financiación a la misma Iglesia con cifras astronómicas. Se ha dado marcha atrás en la supresión de los funerales de Estado y de los crucifijos y demás símbolos religiosos de los edificios públicos. Ramón Jáuregui, coordinador de la ponencia, se refirió a estos temas y tuvo el descaro de declarar a los medios de información: “Nadie espera que un país cambie de la noche a la mañana”. Pero ¿qué dice este señor, puesto por usted donde está? ¿De la noche a la mañana? ¡Si los Acuerdos con la Iglesia católica son viejos de 29 años! ¡Si la financiación debió haber concluido hace dos decenios! UN PUEBLO DENTRO DE OTRO PUEBLO Poner a los obispos en el lugar exacto que les corresponde, no donde ellos creen que deben estar, es tarea casi imposible incluso para un presidente de Gobierno. Permítame que ilustre esta realidad con una historia de la Biblia. En los dominios del rey persa Asuero, siglo V antes de Jesucristo, existía una numerosa colonia judía. Amán, primer ministro del rey, odiaba a los judíos. En sus maquinaciones para exterminarlos se dirigió un día al monarca con esta insidiosa queja: “En todas las provincias de tu reino hay un pueblo disperso y separado de los demás, que tiene leyes distintas y no cumple las leyes del rey. Los intereses del reino no pueden permitir esto”. Este es el problema de España. Y también su problema en la hora actual, señor presidente. Dentro de este país vive (¡y de qué manera!) otro país cuya jefatura está en Italia. Como en la antigüedad persa, tiene sus propias leyes y no obedece las leyes del Estado donde figura empadronado. El Papa que inventó el voto de pobreza, castidad y obediencia para sus súbditos uniformados sabía bien lo que hacía. Escribió Ignacio de Loyola que quienes viven bajo la obediencia al Vaticano deben acatar sus mandatos como si no fueran más que un cuerpo muerto. Después de leer esto, ¿espera usted que los obispos acaten las leyes del Estado español? PRESENCIA DEL IMPERIO VATICANO Esta es la extensión del imperio vaticano en España: 8 cardenales, 15 arzobispos, 65 obispos, 38 eméritos, 19.837 sacerdotes, 48.585 monjas, 13.010 frailes, 1.797 seminaristas mayores, 1.892 seminaristas menores, 12.202 empleados en residencias de ancianos del imperio, 60.282 profesores en centros del imperio, 22.960 parroquias, 103 catedrales, 961 monasterios, 280 museos, 321 guarderías, 2.129 jardines de infancia, 5.197 centros de enseñanza, 163 emisoras de radio integradas en la cadena COPE, una copiosa cadena de televisión en marcha con el nombre de Cadena Popular, centenares de revistas, la última, con moderno diseño, 21RS, ya está en los kioscos, siete universidades, 15 Facultades eclesiásticas, 41 centros teológicos, 11 colegios universitarios, 55 escuelas universitarias, 72 instituciones superiores, 1.000 monasterios, 1.500.037 alumnos al día de hoy, importantes ONG tales como las llamadas Cáritas, Manos Unidas, Hermanitas de los Desamparados, Hijas de la Caridad y otras muchas. Actualmente la Iglesia católica posee el 80% del patrimonio histórico-artístico español. Tiene más de 100.000 propiedades inmobiliarias. El 70% del suelo habitable de las ciudades viejas de Toledo, Ávila, Burgos y Santiago de Compostela pertenece a la Iglesia católica. Posee, además, 100.000 hectáreas de tierras agrícolas. Una sola de sus fincas, en Badajoz, tiene 7.773 hectáreas y otra, en Jaén, 4.483. Soy consciente de que en esa acumulación de datos que producen mareo no he llegado a la punta del iceberg. La extensión del imperio vaticano en España no está constituido en empresa, pero si lo estuviera sería una de las mayores empresas en el país. ¿Se siente usted con fuerzas para enfrentarse a semejante gigante, señor Rodríguez Zapatero? Está también la cuestión financiera. De esto, y de lo otro, usted sabe más que yo. Mis datos arrojan cifras escalofriantes: La extensión del imperio vaticano en España recibe del Estado un mínimo de 4.000 millones de euros al año. Mas otros 150 millones que le entran por el I.R.P.F. Mas otros 500 millones para pagar sueldos del profesorado católico. Mas 600 millones de euros anuales por las limosnas que sus afiliados depositan el domingo a la hora de la Misa. Todavía más: Su partido ha calculado en 200 millones de euros la “sobrefinanciación” de la Iglesia católica en los últimos cinco años. ¿Qué es esto, señor presidente? ¿No basta con financiar a esta parte del imperio Vaticano? ¿Además hay que sobrefinanciarlo? ¿Y pretende su gobierno cimentar un Estado laico? ¿Así, de esta manera, añadiendo besos al rostro de la mujer insaciable? En el capítulo financiero he de añadir las inversiones de la Iglesia católica en Bolsa. Cuando el fracaso de Gescartera hubo obispos que perdieron millones. Después de aquél fracaso la Iglesia católica creó la Sociedad Umasges para invertir en Bolsa. Ha aumentado sus inversiones en un 13,5% y ha obtenido el último año unos beneficios del 16%. Ahora, la anécdota. El obispado de Lugo y 83 sacerdotes han creado una sociedad para explotar un estacionamiento público. Aparque usted aquí y obtendrá indulgencias. La Iglesia católica en España, extensión del imperio vaticano, es una poderosísima potencia económica, cultural, política, inmobiliaria, social, dirigida por miles de ejecutivos con uniformes de varios colores. Todo esto ante sus ojos, ¿le extraña la cruzada desatada por la Iglesia católica contra el pretendido Estado laico? ¿QUIERE EL GOBIERNO UN ESTADO LAICO? Reflexionando con algo más de profundidad y a la vista de los acontecimientos, ¿quiere de verdad el Gobierno un Estado laico? Si su Gobierno quiere un Estado laico, ¿por qué no cesa la moderna financiación de la Iglesia católica, que se inició con la Democracia en 1979 y debió haber terminado en 1990? Las noticias no son optimistas. En enero 2007 su Gobierno y la Conferencia de Obispos, con el visto bueno - ¡faltaría más!- del Vaticano, decidieron convertir en “estable” el procedimiento provisional de financiación pactado en 1979 y reafirmado en 1988. Si su Gobierno quiere un Estado laico, ¿por qué no se libra de los Acuerdos firmados en 1979 entre el Estado español y el Estado Vaticano, que fueron una continuación del Concordato pactado en 1953 entre Franco y el Papa Pío XII? “Sigue en vigor el mismo texto de los Acuerdos, exactamente el mismo. Ni se añade, ni se amplia, ni se toca nada”, dijo en diciembre 2006 un portavoz de los obispos después de negociar con el Gobierno socialista. Y añadió: “Lo único que se va a hacer es plasmar el desarrollo o la interpretación del acuerdo económico”. Es decir, más dinero y más pronto para la extensión del imperio vaticano en España. Si su Gobierno quiere un Estado laico, ¿por qué tantas visitas humillantes de la vicepresidenta, del ministro de Asuntos Exteriores y de usted mismo a la cúpula del Vaticano? Nunca había viajado tanto al Vaticano un vicepresidente del Gobierno español para hablar con el Papa o con su secretario de Estado. No lo hizo Fernando Abril con Unión de Centro Democrático; no lo hizo Alfonso Guerra con el PSOE; tampoco lo hicieron Álvarez Cascos ni Mariano Rajoy con el Partido Popular. Y no sólo la vicepresidenta, el ministro de Asuntos Exteriores, Miguel Ángel Moratinos, también ha acudido en peregrinación a Roma para calmar a su homólogo en el Vaticano, cardenal Ángelo Sodano. De usted se rumoreó el pasado mes de Junio que se había trasladado en secreto a Roma para mantener conversaciones con la jerarquía vaticana. ¿Es esto querer en España un Estado laico, cuando los grandes del Gobierno viven pendientes y dependientes de lo que pueda pensar y decir el Papa? Quedan pocas dudas. Su ejecutivo da la impresión de seguir siendo rehén del Vaticano, como en tiempos pasados. Si su Gobierno quiere un Estado laico, ¿por qué es tan generoso con la Iglesia católica? “Con Gobiernos menos católicos, la Iglesia vive mejor”, dijo el cardenal Tarancón en 1981. La frase de Tarancón ha resultado ser verdadera. Hay datos suficientes para demostrar que el Gobierno socialista ha dado a los obispos más dinero y otros privilegios que ningún otro Gobierno en democracia. Ni siquiera el de derechas capitaneado por Aznar durante ocho años inundó de millones las arcas de los señores obispos. Si su Gobierno quiere un Estado laico, ¿por qué se identifica tanto con las celebraciones de la Iglesia católica y las apoya? ¿Por qué declarar fiesta nacional el Corpus, la Semana Santa, la supuesta ascensión de la virgen María el 15 de agosto? ¿Por qué los altavoces en el aeropuerto de Barajas anuncian insistentemente los horarios de Misas católicas? ¿Por qué su partido rechazó en el Congreso el 27 de mayo retirar los símbolos católicos de las ceremonias y actos institucionales? “El PSOE no va a hacer una ley para prohibirlos”, dijo el secretario general del Grupo socialista, Ramón Jáuregui. Si su Gobierno quiere un Estado laico, ¿por qué políticos del PSOE se identifican a extremos inverosímiles en actos idolátricos de la Iglesia católica? El alcalde de Morón de la Frontera (Sevilla), proclamó Alcaldesa Honoraria de Morón a una imagen de madera llamada María Auxiliadora. El nombramiento tuvo lugar el 24 de mayo en un pleno extraordinario del Ayuntamiento, es decir, en un acto institucional convocado por el Consistorio. El presidente del PSOE y de la comunidad andaluza, Manuel Chaves, recogió el 8 de mayo una medalla de oro que le fue entregada en la ermita del Rocío, en Huelva, rodeado de personalidades católicas pertenecientes a la Hermandad. “Chaves recibió esta medalla en representación de toda Andalucía”, decía la noticia. ¿Toda Andalucía? Según el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), un 20,1% de los españoles se considera no creyentes o ateos. ¿También representaba el señor Chaves a los ateos andaluces? El 27 de mayo, su embajador en el Estado Vaticano, Francisco Vázquez, abrió las puertas de la Embajada de España para dar una fiesta con motivo del 50 aniversario de la revista católica VIDA NUEVA. En aquella fiesta pronunció un discurso el cardenal arzobispo de Sevilla Carlos Amigo. ¿Es esto querer un Estado laico? DIFÍCIL TAREA He de concluir, señor presidente. De continuar en mi línea necesitaría muchas horas. No dudo de que usted quiera un Estado laico. Pero lo tiene difícil. Se enfrenta usted a un poder contra el que nada han podido gobiernos anteriores en la Historia de España. Un poder que cuando quiere presionar al Gobierno sale a la plaza pública con un millón de afiliados para arremeter contra las autoridades. Así ocurre cuando los obispos combaten, por ejemplo, el derecho al aborto, el matrimonio homosexual, la enseñanza laica en las escuelas, la investigación con células madre, la eutanasia y otros temas que ellos consideran como un desorden moral. Que lo tenga usted difícil no significa que deba rendirse en esta lucha, en la que se enfrenta con la mente cerrada, arcaica, de los obispos. No ceda usted ante las presiones del grupo episcopal que esgrime como escudo protector su doble ciudadanía, primero la vaticana, luego la española. Sin que esto suponga resucitar el viejo anticlericalismo ni negar a la Iglesia católica sus derechos, avance usted en la construcción de un Estado laico, donde ningún grupo religioso, absolutamente ninguno, disfrute de privilegios de los que carecen el resto de los españoles. Que la religión, cualquiera que sea, católica, protestante, judía, mahometana, genere sus propios recursos económicos y no mame del Estado. Tampoco es bueno para ellas, que al hacerlo dejan parte de su salud espiritual. Muy respetuosamente, Juan Antonio Monroy

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